Cierre del tambor
Tradicionalmente, el fin del toque del tambor en Tobarra era algo poco organizado y sin criterios comunes, aunque había algún lugar icónico que aglutinaba a la mayoría de tamborileros y tamborileras (el mítico Bar El Paso, por ejemplo). Después de la irrupción del Monumento al Tambor en el paisaje tobarreño, en muchas mentes rondaba la idea de que ese era el lugar ideal para ahogar el toque del tambor hasta el siguiente año, de hecho algunas cuadrillas empezaron a acudir allí. Fueron los pioneros (no mencionamos a nadie para evitar omisiones involuntarias, pero transmitimos agradecimiento sincero a todos los implicados).
Con ese precedente, desde la AAT decidimos convertir el Cierre del Tambor en un acontecimiento con mayúsculas , el colofón que cada Semana Santa merece. A partir de 2012 cogimos definitivamente las riendas (aunque ya era norma informalmente para esas fechas), incorporando multitud de elementos para mejorar la experiencia, como los relojes que marcan la cuenta atrás (y cuya labor comienza Miércoles Santo con 104 horas por delante, aunque están funcionales todo el año) o altavoces para que tras el silencio se escuche el himno local, que se mezcla con el chocar de los palillos conformado un pasaje sonoro que ya es parte de la historia tobarreña, y Bien de Interés Cultural.
Y eso sin olvidar el elemento más importante: miles de tambores que suenan y se apagan juntos en una sinfonía estremecedora.
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